Nuestra Historia

Nuestra historia comienza hace mucho mucho tiempo…

Era martes 5 de octubre de 1915 cuando 4 hermanas llegaron a Manzanares para hacerse cargo de la Casa de la Caridad y Asilo de Pobres de las Hijas de la Caridad. Aquí daba comienzo la Misión de las hermanas en nuestra localidad. Tres años más tarde, en 1918, se empezó a acoger a niñas con falta de recursos sociales y espirituales para instruirlas. En ese momento se contaba con una matrícula de 322 niñas, divididas en 3 grados.

En 1922 se inaugura la Escuela Dominical para Sirvientas y Adultas, y la Asociación de Hijas de María de la Medalla Milagrosa. Con el estallido de la Guerra Civil en 1936, la casa es tomada por el bando republicano y las hermanas se ven obligadas a volver a Madrid. Con el fin de la guerra, las hermanas vuelven para seguir con su labor. En los años 60 comienzan a impartir la Enseñanza Primaria, además de clases de Bachiller y Magisterio, de carácter no estatal, así como de Personal Administrativo.

Con la ayuda de Don Blas Tello, en ese momento alcalde de la localidad, en 1966 se realiza la ampliación del colegio con grandes aulas, calefacción y material necesario.

El 17 de agosto de 1979, se obtiene la clasificación definitiva como Centro de Preescolar con 3 unidades y 8 de Enseñanza General Básica. En ese momento el centro contaba con unas 400 niñas de 1º y 2º de Enseñanza primaria y Magisterio. La mayoría de estas chicas consiguieron realizar una carrera por medio de Becas del Estado.

En 1986 el colegio pasa a ser Centro Concertado, contando con 8 unidades de E.G.B. A los 3 años, el 11 de mayo, se vuelve a renovar el concierto pleno.

En 2006 se completa el concierto en todas las etapas. Durante este curso, la Titularidad de las Hijas de la Caridad valora la posibilidad de confiar la Dirección Pedagógica del centro a los maestros seglares ante la escasez de vocaciones. Aunque no estén las hermanas en el centro, sí estamos acompañados por ellas y sentimos  la nostalgia lógica entre las personas que tuvimos la suerte y el privilegio de trabajar con ellas durante muchos años.

Somos conscientes de la Herencia recibida y asumimos con responsabilidad la confianza que la institución de las Hijas de la Caridad ha depositado en nosotros, los seglares, para continuar transmitiendo los valores y el carácter propio de los Centros Educativos Vicencianos.

No hay mayor reconocimiento a la labor que se viene realizando en el centro que el agradecimiento de las generaciones que se educaron en él (nuestros padres, hijos y nosotros mismos), así como los abuelos y los padres de nuestros alumnos que no han dudado en buscar el mismo centro para educar a sus hijos.

Somos una GRAN FAMILIA.